“Nosotros debemos tomar las riendas de nuestro negocios. En estos tiempos de crisis hay que ver las oportunidades y esforzarse en alcanzarlas”.
Esta
semana he estado en Bilbao. Las Cámaras me invitaron como ponente al XV
Encuentro de Comercio Vasco.
Aunque
ha sido poco tiempo el que estuve en Bilbao, fue intenso y muy satisfactorio.
También
tuve la ocasión de conocer personalmente a amigos del 2.0 como @Menedez_Al, @FormandoPersona, @Pilar_Zorrilla o @Pagarci1, quien además hizo de
perfecta anfitriona.
Pocas
horas pero muy intensas.
Preparando la charla que iba a dar para la
ocasión, me surgieron varias ideas.
Cuando
hablas en público y sobre todo este es muy heterogéneo, lo importante es mandar
el o los mensajes (en este caso no deben ser muchos para no perder el enfoque),
de diferentes maneras para que este llegue a todos.
Por
el contacto posterior que he tenido a través de las #RRSS con algunos de los
asistentes, he verificado que ciertamente habían llegado.
Pero
la reseña de prensa del día posterior sobre el acto, me hizo ver cuál había
sido el de mayor calado: “Nosotros debemos tomar las riendas de
nuestro negocios. En estos tiempos de crisis hay que ver las oportunidades y
esforzarse en alcanzarlas”.
Resumía
muy bien el mensaje que había mandado la tarde anterior. Entre enfoque al cliente, innovación,
creatividad, Otaku, y alguno más, la idea era que tenemos que tomar las
riendas de nuestros negocios.
Y a
veces hasta de nuestras vidas.
Porque
la idea es que no todo es culpa de la crisis económica, ¿o sí?
Tenemos
cierta tendencia al inmovilismo y la quietud, y a la negatividad. Todo lo
leemos en tono negativo, nos cuesta saber identificar las oportunidades, y no
tengo claro a qué se debe, pero la culpa de todo lo malo que nos pasa es
siempre de otros.
Cuando
la economía sube, es difícil no hacerlo con ella, hasta los menos competentes
suelen hacerlo. No se necesita mucho. Es difícil ir contra corriente.
Pero,
no sé si estarás de acuerdo conmigo en que siempre se han cerrado negocios, y
que hoy en día siguen abriendo otros. Muchos se mantienen, otros crecen, si
crecen.
Así
que nuestra manera de gestionar los recursos es la clave para que todo esto
suceda. Y provocar que las cosas pasen. Proactividad
frente a reactividad es un buen
comienzo.
Para
identificar oportunidades es necesario pensar que siempre se puede mejorar, que
el destino de nuestros negocios está en nuestras manos, o debería de estarlo. También
el de nuestra vida, claro está.
Pensar
que los clientes no compran ni quieren hacerlo, solo quieren lo barato, que la
economía va mal, y que todo está en manos de “otros”, es resignarse, es perder
la guerra cuando solo se está librando una batalla o antes de empezarla.
La
forma en la que narramos la realidad es como la vemos y la sentimos. Las
palabras con la que la describimos son las que nos mueven hacia una dirección u
otra. Por ello, hay muchas palabras “tabú”,
porque al final, acabamos creyéndonos los que decimos de tanto repetirlo como
se suele decir. Se llama PNL
(programación neurolingüística).
Yo lo hice hace ya tiempo.
Hay
que mantenerse alerta, identificando
oportunidades, realizando tareas que favorezcan la creatividad e innovación, o
la soft innovation, (pequeños cambios que significan mucho).
Y
cambiar, reactividad por proactividad.
La
economía volverá a crecer, la vida seguirá su curso y seguirá habiendo negocios
que cierren, a pesar de la prosperidad, y otros muchos que abran.
Os dejo el último informe de Deloitte “Estudio
de consumo navideño: ¿Recuperando la ilusión?”
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