sábado, 21 de marzo de 2015

Resistencia al NO.

El éxito se mide por como afrontamos la decepción, porque esta siempre llega.

Hace 15 años, una amiga que tenía una empresa de selección me confesaba: “David, en estos años haciendo selección, me he dado cuenta que un buen comercial tiene algo de femenino y algo de infantil”.

Me pareció un apunte interesante y seguimos hablando del tema.

Lo que realmente me quería decir es que los comerciales debían tener una sensibilidad especial para Empatizar con los clientes, y una cierta curiosidad y determinada actitud en general en la vida, que posiblemente en otras profesiones no sea necesario, al menos para ejercer. Ante la vida…. Es una elección personal.

15 años después, liderando equipos de ventas y trabajando como comercial, vendedor, sales manager o como cada uno lo queráis llamar, vendedores somos al fin y al cabo, podría decir que hay alguna cualidad más que determina el éxito o marca la frontera entre unos comerciales  y otros.

Obviamente, tener empatía, saber leer los escenarios, conocer y dominar las técnicas de negociación, saber hacer rutas, conocer bien los productos o servicios que ofrece, entra dentro de lo mínimo que se “despacha” por utilizar el argot.

Pero sin duda alguna, hay dos cualidades que destacan por encima de estas, y que no todos los que se dedican a la venta poseen, y es lo que marca la diferencia entre unos, los buenos, y otros, los que cumplen.

Y no hablo de la ambición, también importante, por supuesto.

Hablo de la capacidad para salir permanentemente de la zona de confort, vivir casi permanentemente fuera de ella, y la resiliencia.

Posiblemente sea una de las profesiones que más exigen estar permanentemente fuera de nuestra zona de confort.

La puerta fría, las prospecciones de clientes nuevos, establecer constantemente nuevos contactos y relaciones con clientes, nos hacen salir de esa comodidad en la que nos movemos con comodidad y a dar  un paso adelante.

Y digo de manera permanente, pues hay muchos profesionales que después de años, se acomodan a su cartera de clientes o a su sector y les atenaza la idea de tocar puertas nuevas, incrementar su círculo de contactos, hacer nuevas relaciones.

Posiblemente estés pensando que conoces a algunos así en tu entorno.

Cuando empezó la crisis en 2007, había muchos acomodados que les fue imposible de salir de su zona de confort, que habían perdido la ambición, la garra…

Si en su día se manejaban bien en esas situaciones, tal vez solo les falte ejercitar de nuevo el músculo, ir al gimnasio, normalmente con un buen entrenador, y habitualmente suelen recuperar esa “garra”.

Si nunca la tuvieron, es más complicado y posiblemente en el proceso de selección nos hemos equivocado.

La resiliencia, como capacidad de afrontar la adversidad, saliendo fortalecido y alcanzando un estado de excelencia profesional y personal, es sin duda una cualidad que marca la diferencia y que nos acerca cada día más al éxito.

La resistencia al NO.

Hay que tener la capacidad de reinventarse cada día, de entender que cada No que se recibe, nos aproxima más al éxito o al logro, si no os gusta la palabra éxito.

Hace años aprendí de un muy buen profesional intentar no irme a casa después de un mal día de trabajo en la calle (suelen ser muchos y más de los malos que de los buenos). Así que siempre se dejaba una última visita que pensaba que le podían dar ese Sí, o al menos tener buenas sensaciones.

Esto no siempre es posible, depende mucho del sector en el que estés, producto o servicio que vendas, pero es una excelente reflexión como punto de partida.

La idea es poder transformar las situaciones negativas o adversas que vivimos día a día en positivas.

Que estas no nos afecten ni personalmente y nos hagan dudar de nuestras capacidades ni de nosotros mismos.

Y esto, también se aprende y desarrolla con la experiencia, aunque hay que traer una buena dosis de “serie”.

Reinventarse o morir, como decía aquel….

En esta profesión, esta frase está llena de sentido y es casi literal.


O como yo digo, Resistencia al NO.